Esperando el Apocalipsis

Hay pocas cosas tan típicamente occidentales como el apocalipsis. El nombre se lo debemos al Apocalipsis de San Juan, el último libro de la Biblia cristiana, un libro profético escrito a finales del siglo I o principios del II. En griego apocalipsis significa revelación y a lo largo de la historia muchos han creído ser depositarios de esa revelación que les comunicaba en exclusiva el fin del mundo, o el fin de estos tiempos y el comienzo de otros.

En todos los casos los apocalípticos pensaban (y lo siguen haciendo) que el fin de mundo está cerca, que será algo repentino y a menudo violento. A parte de esto, en los relatos apocalípticos suelen comparecer el bien y el mal, que libran durante este singular evento una suerte de batalla final de la que el bien saldrá vencedor. Pero no sólo los cristianos son apocalípticos, otras confesiones como la judía, la islámica o la zoroástrica cuentan con sus propios relatos del fin del mundo. En tiempos más recientes, ya en el siglo XX, las nuevas religiones, llamadas de la nueva era, han incluido esta característica tan genuinamente judeocristiana.

Hay, de hecho, muchos finales del mundo amontonados a lo largo de la historia, pero ninguno se ha demostrado cierto porque aquí seguimos. Pero la idea es tan potente que sigue y seguirá captando adeptos que se entregan con la fe del carbonero a la convicción de que el mundo quizá no acabe hoy, pero si lo hará en algún momento del futuro y nos debe pillar preparados.

Hoy en La ContraHistoria vamos a volver nuestros pasos sobre esta extraña pero, a la vez, común creencia de que al mundo le quedan cuatro días, vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de los apocalípticos y su dilatada historia.

En El ContraSello:

  • Las dos guerras del 39
  • Vlad Tepes el empalador
  • Ducados, condados y marquesados

https://diazvillanueva.com/apoya-la-contra/

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