Improvisación, propaganda y equilibrios en el alambre

Se cumple el primer trimestre de Gobierno de Pedro Sánchez, los famosos cien días de gracia que, según es tradición, hay que conceder a todos los Gobiernos cuando se estrenan. Sánchez llegó con el verano lo que hacía sospechar que iban a ser tres meses tranquilos, sin demasiado movimiento. A fin de cuentas el Congreso cierra en julio y no vuelve hasta septiembre.

El PSOE tampoco es que tenga muchos diputados, sólo 84 que dan para lo que dan: mantener el tipo, dormir en la Moncloa de prestado y poco más. Pues bien, contra todo pronóstico Sánchez se ha metido en un programa muy ambicioso, pero no de reformas (esas no puede hacerlas), sino de ocurrencias, contradicciones y zapatillazos propagandísticos.

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1 Comment

  1. Improvisación, propaganda y equilibrios en el alambre
    Ya han pasado los cien días de gracia y desde luego casi logra las cien gracietas. Las gafitas de sol, el paseito de jardín con Joaquín, la escapadita al concierto, la regañina de Ángela, el arrebatito antifranquista, la subidita al diesel, la censurita en la televisión, la rectificacioncita con Llanera…en fin, todo con una espléndida y amplia sonrisa, todo mal explicado, todo sin más apoyo que el de sus narices y todo sin provecho alguno. En cien días ni la unidad de España, ni su prosperidad ni su seguridad han mejorado un ápice, bien, pues si no está este figurín para estas cosas y sí está para todas las cosas vistas en estos cien días, entonces el resumen es inequívoco: inservible.
    Un cordial saludo.

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