
Se celebró ayer la primera parte de la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo. En tanto que aspirante a la presidencia del Gobierno, el expresidente de la Junta de Galicia y hoy líder de la oposición parlamentaria protagonizó la jornada. Se valió de su discurso, contundente en el fondo, pero tranquilo en las formas, para incidir en la decadencia moral en la que ha caído, según su opinión, la política española desde que Pedro Sánchez está en el poder. No quiso andarse con rodeos, nada más subirse a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados puso sobre el atril la polémica de la amnistía a los líderes del procés que rechaza de plano y que da por pactada ya.
En este aspecto se reiteró en los mismos mensajes que protagonizaron el mitin que el pasado domingo el PP convocó en una céntrica plaza madrileña. Recordó que él ganó las elecciones del 23 de julio y que podría convertirse en presidente de Gobierno si hubiese aceptado las condiciones que le ponen los independentistas, pero se ha negado a hacerlo porque, según él, “ningún fin, ni siquiera la presidencia del Gobierno, justifica los medios”. Señaló entonces a Pedro Sánchez afirmando que de ese debate iban a salir todos retratados, empezando por el propio Sánchez y terminando por él. Uno, en opinión de Feijóo, antepone su ambición personal al interés general, el otro no lo ha hecho ni lo hará.
Pero, no lo olvidemos, se trataba de una investidura y no de un debate sobre el estado de la Nación, por lo que el candidato estaba obligado a desgranar su programa de Gobierno en el caso de que pueda acceder a él. Propuso seis grandes pactos de Estado, los mismos que ofreció a Sánchez el mes pasado poco después de que el Rey le encargase la investidura. Aludió entonces a un pacto institucional, otro por la economía, otro más por las familias, el Estado de Bienestar, el agua y uno territorial. Respecto al institucional remarcó que era el más urgente de todos ellos. Feijóo quiere despolitizar la Justicia sacando a todos los políticos del Consejo General del Poder Judicial y garantizando de paso la independencia de la fiscalía general del Estado.
Pero, a pesar de que era el objeto de todas las invectivas que lanzó Feijóo desde la tribuna, Sánchez no se dignó a responder. En su lugar lo hizo Óscar Puente, exalcalde de Valladolid que, como Feijóo, se estrena en esta legislatura en la cámara baja. Puente en un tono bronco acusó al PP y al propio Feijóo de llevar cinco años fuera de la Constitución y recordó que en este PSOE no hay traidores por más que quieran buscarlos. Tras ello sacó el caso de Marcial Dorado, el narcotraficante con el que Feijóo se hizo una fotografía hace 25 años, acusándole de pertenecer al PP de “Fariña”, un popular libro sobre el narcotráfico gallego que después fue llevado a televisión. El desplante de Sánchez tuvo cumplida respuesta de Feijóo, que solicitó una intervención breve para lamentarse por el rumbo que había tomado la sesión, a su juicio, algo propio del club de la comedia.
Lo más probable es que, salvo sorpresa de última hora, Feijóo no consiga los 176 votos necesarios para ser investido, pero eso es algo que ya descontaba desde hace semanas, cuando tanteó a los distintos grupos parlamentarios buscando apoyos. Al menos, eso sí, ha servido como una privilegiada carta de presentación para Núñez Feijóo con todo el país mirando. Para hablar de este debate de investidura y de la enturbiada situación política que vive ahora España tenemos hoy en La ContraCrónica a Rubén Arranz, que siempre sabe dónde poner el dardo.
¿Decadencia moral en la política española? Siempre lo digo: los antisistemas más grandes que ha habido en España han sido el PPSOE con sus corruptelas y chanchullos continuados (no sólo de ellos, claro, pero sobre todo) que han llevado al desencanto a miles de personas, de manera que ahora pensamos que esta democracia es una completa estafa. Con todo el Parlamento gozando de privilegios y viviendo a cuerpo de rey a cuenta de los analfabetos que les votan y de los renegados, a los que solo nos queda el rechinar de dientes.
Y le acusan a Feijoó de amistades narcos. España es uno de los países que más droga consume de toda la UE. Deberían de votarle en masa. Y, si por otro lado, les hicieran un análisis de sangre a sus señorías, ya veríamos que sustancias aparecían. Recuérdese aquella noticia de la cantidad de restos de farlopa hallados en los urinarios del Parlamento inglés…