La única opción de Israel

Es de todos conocido que el ataque que los terroristas de Hamás perpetraron en el sur de Israel el fin de semana pasado coincidió con el quincuagésimo aniversario del estallido de la guerra de Yom Kipur, el último de los conflictos árabe-israelíes en el que sirios y egipcios atacaron a Israel por sorpresa. No hubo declaración previa de guerra porque los tres países se encontraban en una suerte de impasse tras la guerra de los seis días de 1967, tras la que no se firmó tratado de paz alguno, tan sólo un frágil alto el fuego que los contendientes violaron en varias ocasiones durante los años siguientes. Esta vez el ataque también ha sido por sorpresa. La guardia fronteriza quedó sobrepasada y los terroristas camparon a sus anchas durante horas en todas las localidades israelíes vecinas a la franja.

Esta es la principal analogía que encontramos entre estos dos ataques separados por medio siglo, pero el asunto va más allá. Cuanto más nos detenemos en los aspectos tácticos de los dos ataques, más se aprecia como uno se refleja en el otro. Parece claro que Hamás no eligió el momento de forma accidental. Quiso que el ataque se produjese en ese momento e imitó de forma deliberada a los egipcios de 1973 con la idea de propinar un golpe a Israel que invitase a otros a intervenir. En el 73 el éxito inicial animó a otras potencias del mundo árabe como Argelia, Marruecos o Libia a meterse de lleno en el conflicto.

Egipto se propuso entonces cruzar el canal de Suez, que se había convertido en la frontera con Israel tras la guerra de los seis días. De forma meticulosa sus generales planificaron y llevaron a cabo una arriesgada operación para atravesar el canal y asegurar una cabeza de puente en la otra orilla. Los estrategas egipcios sabían que Israel poseía una respetable fuerza aérea y contaba con un gran número de blindados, por lo que no tardarían en pasar al contraataque. El plan egipcio contemplaba que, una vez ganada la orilla este del canal, había que avanzar al tiempo que defendían las posiciones recién ganadas. La operación salió a pedir de boca. Los egipcios cruzaron el canal y siguieron avanzando mientras repelían los sucesivos contraataques del ejército de Israel.

Volviendo al momento presente, nos encontramos con algo similar, lo que demuestra que los terroristas de Hamas se inspiraron en el plan de batalla egipcio de 1973. Los líderes de la banda planificaron en secreto un ataque devastador que la inteligencia israelí fue incapaz de anticipar. Hecho eso se replegaron al otro lado de la valla fronteriza de Gaza y allí se han atrincherado. Los ataques mediante cohetes se mantienen y se prevé una enconada resistencia en el interior de la franja cuando las tropas israelíes reciban la orden de penetrar en ella. Hay, según parece, toda una red de túneles que les sirven como polvorines y que les permiten moverse de un lado a otro sin ser detectados. Ese laberinto subterráneo es seguramente la espina dorsal de un sistema defensivo que los israelíes sólo conocen por encima, pero que permitirá a los terroristas resistir la embestida y causar miles de bajas al enemigo.

Los generales israelíes intuyen que tendrán que enfrentar algo de esa naturaleza, pero la decisión de internarse en la franja y eliminar uno a uno a los terroristas ya está tomada. Tienen, eso sí, que vaciar la capital de población civil, luego se desatará el infierno.

En La ContraRéplica

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2 Comments

  1. El gobierno de Netanyahu ha demonstrado su naturaleza criminal por muchos años. Por eso no es sorprendente ver como atacan la población de Gaza con una ferocidad no vista desde los bombardeos a zonas civiles durante la Segunda Guerra Mundial. El ataque de Hamas es definitivamente un crimen de guerra, y ahora Israel responde con un crimen de guerra aún peor. Esto va acabar muy mal.

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