Las normas de la casa del Canario

Decía el miércoles pasado que por mi parte este tema estaba más que zanjado, pero el IJM ha tenido la gentileza de responder. Educada y correctamente como es la norma de la casa, pero con alguna que otra inexactitud, un puyazo mal puesto o directamente dándome la razón, lo cual agradezco sobremanera porque aunque (como bien saben los oyentes de La ContraCrónica) me gusta que me la quiten, no está de más que de vez en cuando me la den.

Bien, seré breve, porque hoy no he desayunado lengua y porque, como decía Thomas Jefferson, no hay talento más valioso que el de no usar dos palabras cuando basta una.

Empecemos con una inexactitud que bien podría deberse a un duende de la imprenta pero que se repite dos veces luego entiendo que el duende anduvo atareado esta tarde. No pedí la baja a finales de 2016 sino en marzo de 2017. Me consta que en Canarias hay una hora menos, pero, caray, no cuatro meses menos.

Respecto a los socios reproduce exactamente lo que dije aunque de un modo más prolijo. Socios hay 16. Los fundadores más dos incorporaciones posteriores. Los miembros carecen de «derechos políticos» a no ser que se los otorguen los socios. Punto. Un miembro puede llegar a presidente sí, pero primero tiene que ser socio y para eso es necesaria una conjunción entre Venus, Marte y Júpiter, que se da cada varios años.

También puede esperar a que los socios le asciendan, pero eso solo ha sucedido dos veces en doce años. Para llegar a presidente tendrá que aguardar el paso del cometa Halley, que tiene un periodo orbital de 76 años. Quizá suceda en el futuro, no lo elimino, en 2050 o por ahí, cuando el canario estire la pata porque lo suyo se antoja vitalicio.

En cuanto al correo electrónico, que viene a ser en este asunto como la película Zapruder del asesinato de Kennedy, que te respondan un correo no es sinónimo de que te estén respondiendo al contenido del mismo. Este es uno de esos casos.

La respuesta fue básicamente una evasiva que abundaba en cosas que ya me habían dicho en persona, la clásica ensalada de intenciones que jamás se substanciaban en nada concreto. Entendí que el tema era intocable y asumí que ni con un examen tipo test iban a responder a eso. 14 meses y medio después vienen a responder lo mismo con alguna modificación.

Precisemos. La comunicación me ofrecí a llevarla personalmente por las tardes sin cobrar un céntimo. Propuse potenciar el canal de YouTube con vídeos cortos, crear un podcast y adoptar una política de comunicación centrada en las redes sociales. Aún estoy esperando la respuesta. A cambio han contratado a Gustavo Vargas, que es un gran tipo y hará lo que le dejen hacer, que me temo no será mucho.

El canario, por su parte, sigue mandando y disponiendo digan lo que digan. ¿Quién entregó el premio Juan de Mariana el viernes pasado? ¿Mi tía Leopolda?, no, el canario. Después, claro está, de obsequiar a la audiencia con un insufrible discurso cuyo final celebraron con alborozo todos los asistentes, pero no por bueno, sino porque había terminado. Su hermana andaba por ahí enredando, más o menos lo mismo que viene haciendo desde antes de 2012.

En tiempos era el ama de llaves. Nos abría el local para reunirnos porque, como ya indiqué, la sede era propiedad de la familia Calzada. Desde entonces empezó a organizar eventos. No todos, algunos los gestionaba Luis Iglesias, con gran destreza por cierto. Luis, que abandonó el IJM hace unos meses, tiene mucho talento para esas cosas de la organización. También llevaba los dineros pero no las palabras porque Inés, a diferencia de su hermano, no está iniciada en los arcanos del coaching y la cancamusa. Por lo demás y tras la llegada de OMMA, piedra de toque de toda esta historia, el espacio del que dispone el IJM se reduce a un armario (de generosas dimensiones, eso sí). Y ya. 12 años, 300 miembros y un armario. No es mal lema. Más que una start-up es una start-down.

El impacto e implantación del IJM es otro de los temas en los que parece que no hay consenso. Goles son amores que decía Manolo Escobar:

• Instituto Juan de Mariana
  Fundado en 2005
  12.176 seguidores en Twitter
  Presente en: Madrid
• Club de los Viernes
  Fundado en 2016
  35.057 seguidores en Twitter
  Presente en: Asturias, Valladolid, Valencia, Santander, Pamplona, Madrid, León, Castellón, Sevilla,
  Alicante, Barcelona, Cáceres, Guadalajara. Este año se añadirán La Coruña, Vizcaya, Almería y Murcia

Evidentemente son dos proyectos de naturaleza distinta pero es que es escandalosa la distancia que les separa. Son once años más y una abismal diferencia entre los presupuestos de uno y otro a favor del IJM. Y no pongo la memoria de eventos de ambas asociaciones porque anticipé que esto sería breve.

Resumiendo…

El IJM no está malgastando las aportaciones de sus miembros. Ni lo dije ni lo insinué y ni lo digo ni lo insinúo. Las ideas que defiende el IJM y las mías son las mismas. No me distancié por esa cuestión, como tampoco lo hice a mi regreso de Guatemala (¡qué gran país!). Lo hice un año y medio después. Se ve que aquí también rige el huso horario canario.

Lo de Guatemala es, digamos, una pieza separada que nada tiene que ver con el IJM, de ahí que me sorprende que lo saquen a colación con ánimo, evidentemente, de desviar la atención de lo principal. Y lo principal es que el IJM lleva demasiados años canarieado, que su comunicación osciló siempre entre lo malo y lo peor, que sus miembros no son socios y que su influencia es decreciente. Ahora que me saquen de nuevo lo de Guatemala, pero que lo hagan con música de marimba de fondo, que la sangre gotea mejor desde el colmillo si se musicaliza apropiadamente. Gustavo, explícaselo, que estos de cine no saben.

Pero si se empeñan en sacar a Guatemala de paseo quizá deberían dirigir sus desvelos hacia el canario, que vivaquea por allá crucificado en cuitas, asediado por mil pleitos, inasequible siempre a los destrozos que provoca su a paso, consolado solo por su fiel escudero Fernández Lasquetty, el mismo que antes lo fue de un tal González, Ignacio, avecindado hoy en la prisión de Soto del Real.

Como decía aquel, joder con los liberales.