
Tesla informó este lunes que ha comprado 1.500 millones de dólares en bitcoins, algo que no es del todo sorprendente porque Elon Musk, presidente de Tesla, es un gran defensor de esta criptomoneda. No contenta con comprar bitcoins, Tesla aseguró que en el futuro aceptará bitcoin como pago por sus vehículos. Como era de prever el precio de Bitcoin se disparó tras el anuncio y hoy supera los 46.000 dólares la unidad.
Tesla desveló su compra de bitcoins en su último informe anual, diciendo que la medida tiene como objetivo «diversificar y maximizar los rendimientos de nuestro efectivo no requeridos para mantener la liquidez operativa adecuada». Según parece, un comité de la junta de accionistas había aprobado cambios a las reglas de la compañía sobre inversiones, por lo que también puede invertir en lingotes de oro y fondos cotizados en oro.
La compra de bitcoins por parte de Tesla, probablemente una de las más grandes por parte de una empresa jamás realizada, se produce después de un gran alza del precio del bitcoin durante el año 2020
Los vínculos de Musk con la industria de los servicios financieros se remontan a la década de los noventa, cuando invirtió la mayor parte de los 22 millones de dólares que ganó con la venta de un banco en Internet en una nueva empresa, X.com, que se convirtió en PayPal. Luego EBay compró PayPal por 1.400 millones de dólares en 2002. Como principal accionista, Musk, que entonces tenía 31 años, empleó ese dinero para propulsar Tesla y SpaceX, así como la compañía de paneles solares SolarCity, ahora parte de Tesla.
La compra de bitcoins por parte de Tesla, probablemente una de las más grandes por parte de una empresa jamás realizada, se produce después de un gran alza del precio del bitcoin durante el año 2020. Tesla se une así a un puñado de empresas que han adquirido cantidades significativas de bitcoins. La empresa de desarrollo de software MicroStrategy adquirió 425 millones de dólares en bitcoins el verano pasado, y su presidente, Michael Saylor, se ha convertido en un defensor abierto de esta criptomoneda.
Las empresas que tienen bitcoins en sus tesorerías enfrentan un problema contable: dado que los bitcoins se consideran «activos intangibles de vida indefinida» en lugar de monedas, cualquier disminución de su valor por debajo de lo que la empresa pagó por ellos, obliga a la empresa a amortizar el valor asumiendo un cargo por deterioro. Un ejemplo, MicroStrategy registró una pérdida neta en el tercer trimestre de 2020 porque el precio de bitcoin cayó temporalmente en septiembre.
Para cubrirse las espaldas Tesla dice que analizará sus activos en bitcoin trimestralmente para comprobar si los deterioros están justificados en función de los precios de bitcoin. Los cambios bruscos en la cotización de esta moneda digital podrían ser la razón por la que las empresas han adquirido millones y no miles de millones de dólares en bitcoin como ha hecho Tesla que, en cierto modo, se la está jugando.
Pero aquí hay algo personal. Musk es desde hace años un gran defensor de Bitcoin. Hace cosa de tres años dijo por Twitter que la única criptomoneda que poseía era un cuarto de bitcoin que le había regalado un amigo. Ese amor por el bitcoin ha ido a más porque a finales del mes pasado colocó en su biografía de Twitter el hashtag #Bitcoin. Luego lo retiró, pero Musk tiene 46 millones de seguidores en Twitter por lo que todo lo que diga por ahí tiene un impacto directo en el mercado. Tan directo que hace unos días tuiteó sobre Dogecoin, una criptomoneda satírica sin apenas valor inspirada en los memes de internet y el Dogecoin se disparó.
Hasta hace no mucho tiempo Tesla tenía problemas de efectivo porque las inversiones que ha realizado eran muy cuantiosas y la venta de automóviles era pequeña, pero sus acciones se dispararon casi un 500% durante el año pasado. Tesla ha aprovechado a fondo este rally bursátil vendiendo miles de millones de dólares en nuevas acciones, aumentando sus reservas de efectivo. La compañía contaba con unos 6.300 millones de dólares en efectivo a principios de 2020, a finales del mismo año había elevado esa cantidad a los 19.500 millones de dólares.
Bitcoin es realmente anónimo y las fuerzas del orden no pueden congelar una cuenta de bitcoin como podrían hacerlo con una cuenta bancaria
Es decir, que con el bolsillo lleno Musk puede tomarse ciertas libertades, aunque eso le podría llevar a algún que otro encontronazo con los reguladores como la SEC, a quienes no les gusta nada que Musk se tome esas libertades. Pero de un tiempo a esta parte Musk no se lleva demasiado bien con la administración y andan buscándose las vueltas mutuamente. El año pasado se las vio contra el Estado de California que ordenó el cierre de su planta de automóviles como parte de un paquete medidas más amplio para frenar la pandemia. Musk reabrió las instalaciones varias semanas después desafiando a las autoridades. Se exponía incluso a que lo arrestase, pero no lo hicieron.
Parte del atractivo de bitcoin es que no circula físicamente ni está controlado por un Gobierno alguno. A diferencia de abrir una cuenta bancaria para almacenar dólares, euros o yenes, abrir una cuenta bitcoin no requiere identificarse antes. Bitcoin es realmente anónimo y las fuerzas del orden no pueden congelar una cuenta de bitcoin como podrían hacerlo con una cuenta bancaria.
Square, una empresa dedicada a los pagos móviles cuyo presidente es Jack Dorsey, el mismo que Twitter, adquirió alrededor de 50 millones de dólares en Bitcoin para su tesorería en octubre. Un par de meses, en diciembre, después la aseguradora Massachusetts Mutual Life Insurance adquirió 100 millones de dólares en Bitcoin para mantener en su cuenta de inversión general. Así que las empresas podrían haberse vuelto más optimistas sobre bitcoin. Lo que no se atreven la mayoría es a vender en bitcoin. Algunas grandes empresas experimentaron con pagos con bitcoin en 2014 y 2015, como Dell y Expedia, pero la mayoría lo abandonó posteriormente por falta de uso. Ya veremos si este año algunas se vuelven a decidir. Ese sería el punto de inflexión.
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