Venezuela, la oposición en horas bajas

La oposición venezolana no atraviesa su mejor momento. A finales de noviembre el régimen chavista suspendió las elecciones del Estado Barinas cuando, durante el recuento, parecía que los opositores se iban a hacer con el Gobierno regional. Barinas no es un Estado cualquiera. Allí nació Hugo Chávez y quien se presentaba a las elecciones era Argenis, su hermano pequeño. La familia Chávez gobierna allí desde hace dos décadas y era seguro que esta vez el poder pasaría a Freddy Superlano, el candidato opositor. El Tribunal Supremo sirviéndose de una artimaña jurídica paralizó el recuento, inhabilitó al candidato opositor e invalidó las elecciones, poco después hizo borrón y cuenta nueva y ordenó que se repitiesen dentro de un mes, el día 9 de enero. La oposición, eso sí, necesitará un nuevo candidato.

En Caracas, entretanto, los opositores han vuelto a las manos. Julio Borges, ministro de exteriores de la presidencia interina y coordinador del partido Primero Justicia anunció desde Bogotá que renunciaba a su cargo al tiempo que pedía la disolución del Gobierno de Juan Guaidó, apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea desde que, hace casi dos años, surgiese de manera imprevista tras un cabildo abierto. El Gobierno paralelo de Guaidó está formado por cuatro partidos opositores: Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular. Guaidó pertenece a este último, un partido liderado por Leopoldo López, que se encuentra exiliado en España.

Borges cree que el interinato de Guaidó debe desaparecer cuanto antes. A su juicio, su Gobierno se ha burocratizado y ya no responde a lo que los venezolanos esperan. La oposición para Borges debe hacerse desde el interior de Venezuela y no desde el exilio como se ha hecho mayoritariamente hasta la fecha. Por si eso fuera poco, el embajador de Guaidó en Colombia ha acusado a Leopoldo López de corrupto y de aprovecharse de los activos de Venezuela en el exterior, activos a los que no puede llegar el régimen a causa de las sanciones internacionales. Otra popular dirigente opositora, María Corina Machado, una de las principales detractoras del régimen de Maduro, se ha convertido en una acerada crítica de la figura de Juan Guaidó. Para Machado la oposición debe renovarse y elegir nuevos líderes para un nuevo tiempo.

Las cosas, como vemos, no marchan bien para la oposición. El régimen ha conseguido sobrevivir a la crisis de los últimos cinco años y está poco a poco consolidando una nueva institucionalidad revolucionaria, tanto o más despótica que la anterior, pero el agotamiento de los opositores es visible. Poco pueden hacer dentro porque no les dejan y nada fuera porque la energía se les está acabando.

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