
El mes pasado hubo un terremoto político en Austria que, a pesar de su pequeño tamaño, se dejó sentir en toda Europa. El canciller, un joven de 32 años que ganó las elecciones de 2017 arrebatando el poder a los socialdemócratas, se vio envuelto en un torbellino de acusaciones de corrupción que, aunque no le afectaban a él directamente, si lo hacían con su socio de Gobierno y vicecanciller, el nacionalista del FPÖ Heinz-Christian Strache.
Los acontecimientos se precipitaron y el pasado 27 de mayo Kurz sucumbió a una moción de censura que le interpuso la izquierda parlamentaria y a la que se apuntaron los del FPÖ a modo de venganza tras haber roto Kurz el acuerdo de Gobierno. Tras aquello, el presidente de la República, Alexander van del Bellen, improvisó un canciller de urgencia, una jueza de 70 de años, Brigitte Bierlein, que gobernará en funciones hasta que se celebren elecciones anticipadas en septiembre. Muchos ya dan por acabado a Kurz, pero no lo está en absoluto. Es muy probable que regrese… y por la puerta grande.
Los oyentes traen:
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- El busto de Abderramán III
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