Coca, impuestos y guerrilleros

Este martes Iván Duque tomó posesión como presidente de Colombia, el sexagésimo desde que Colombia nació como tal allá por 1819. Duque, que ganó las elecciones del 17 de junio con un 54% de los votos tiene cuatro años por delante, hasta 2022, para hacer honor a sus promesas. Entretanto tendrá que lidiar con la herencia que le ha dejado Juan Manuel Santos, que se retira después de ocho años al frente del país.

La herencia de Santos no es la peor, pero tampoco la mejor. Su doble mandato ha generado un montón de problemas en todos los ámbitos: en la economía, en el orden público, en la seguridad nacional y hasta en el medio ambiente. Santos quiso quedar bien con todos y ahora nadie le echa de menos. Ni los que le votaron en 2014 ni los que ayudó a salir de la clandestinidad, es decir, los guerrilleros de las FARC que hoy caminan libres por Colombia.

1 Comment

  1. Heredar un país con la deuda y el gasto públicos en desaforado crecimiento, heredar un país con una corrupción que ensopa su institucionalidad y heredar un país con profundas heridas sociales tras décadas de terrorismo inmisericorde, es un papelón pero no una sorpresa. La novedad en lo cedido por Juan Manuel a Iván es que le deja un país en donde las líneas éticas sobre lo correcto y lo aceptable han sido borradas. Un terrorista es un político, un corrupto es un político, un narco es un terrorista que es un político, un político es un corrupto, un político es un narco… en fin, qué más da, habiendo crédito y habiendo paz… ¿qué puede salir mal?
    Un cordial saludo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.