De repente, esperanza

Wall Street se volvió a disparar esta semana con el anuncio de Moderna, una pequeña empresa biotecnológica con sede en Massachusetts, de su vacuna contra la covid-19. La vacuna alcanza una efectividad del 94,5% según los ensayos clínicos realizados por la propia compañía. Aún no ha sido aprobada por las agencias del medicamento y se suma a la que hizo pública la semana pasada a la farmacéutica Pfizer y que vimos con más detalle en La Contra de la mano de Andrea Martos. Ambas vacunas se basan en la innovadora tecnología de “ARN mensajero”, que estimula el sistema inmunitario contra la proteína S del virus SARS-CoV.

Que dos vacunas diferentes probadas en ensayos clínicos independientes hayan conseguido resultados similares confirma el inmenso potencial de la tecnología de “ARN mensajero” para desarrollar otras vacunas y fármacos. Otras empresas, como Astra Zeneca o Johnson & Johnson se están valiendo de la misma tecnología en sus vacunas que se encuentran ya muy avanzadas. También se están desarrollando vacunas con métodos más tradicionales. La alemana Merck, por ejemplo, tiene la suya en la última fase. Moderna no ha finalizado aún los ensayos, pero prevé fabricar unas 20 millones de dosis antes de final del año. No es aventurado decir que la luz al final del túnel ya la podemos ver.

En la ContraRéplica

  • Los problemas de Etiopía
  • La conservación de la vacuna de Pfizer
  • Las multas durante el confinamiento
  • Corrupción en Perú y Chile
  • El caso Uribe en Colombia

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