Fantasías putinescas

Lo de Putin el otro día en Moscú era un poco de chiste. A un presidente en plena campaña electoral no se le ocurre mejor idea que comparecer en el parlamento y anunciar al mundo que tiene un montón de armas nuevas. Se daba un aire al gran dictador de Chaplin pavoneándose delante de todos. Pero bueno, aquello es Rusia y supongo que este tipo de bravatas militaristas se traducirán en votos. En el resto del mundo causó estupor, y no era para menos. Putin anunció disponer de un arsenal completo que, según él, convertirá a Rusia en el amo del mundo porque no hay manera de hacer frente a ese nuevo armamento. Según lo dijo muchos se preguntaron cuáles son esas armas y qué demonios hacen. Bien, sólo concretó seis de ellas, pero aseguró que hay muchas más.

La primera sería un sistema de misiles intercontinentales llamado Sarmat que tiene dos peculiaridades: la primera es que alcanza cualquier punto del planeta, incluidos los polos; la segunda es que es indetectable para los sistemas antimisiles. Al Sarmat por descontado se le puede equipar con ojivas nucleares. Otra de las armas son unos drones submarinos que operan a gran profundidad, viajan más rápido que los submarinos convencionales y su alcance es intercontinental. Otra es un sistema de misiles hipersónicos (Mach 20, más de 24.000 km/h) que son tan rápidos que ningún sistema de defensa conocido puede neutralizarlos. Una variante de este último es un misil, también hipersónico, que puede maniobrar una vez está en el aire. Por último habló de unas armas láser de las que no dio muchos detalles pero aseguró que ya las están utilizando sus propias tropas, entiendo que de manera experimental porque ni en Siria ni en Ucrania se han visto.

La pregunta que todos se hicieron tras el mitin es por qué lo hacía. Aquello parecía sacado de otra época. Había dos razones. Una electoral como comentaba más arriba y otra de tipo diplomático. Quería enviar un mensaje a Donald Trump después de que hace un mes presentase la nueva estrategia nuclear de EEUU. De hecho, todas las nuevas armas tienen un denominador común: son indetectables. Si de algo presume EEUU es de su escudo nuclear que le convierte en prácticamente invulnerable, el sueño de cualquier imperio desde la antigüedad. De ahí la insistencia en que las nuevas armas no las verán llegar y lo repitió varias veces.

Claro, que Putin podría estar mintiendo como un bellaco. Las armas que presentó son de una sofisticación tal que quizá valgan para una animación hecha por ordenador, pero para nada más. Hacer que un arma moderna funcione cuesta mucho dinero y lleva años de pruebas. El mismo escudo antimisiles tiene un alcance limitado y no es especialmente preciso. Consiste en un sistema de bases terrestres (44 en total) con unos sensores y radares y un misil interceptor. Llevan con el proyecto desde 1999 y han gastado hasta la fecha la friolera de 40.000 millones de dólares. Lo están testando aún y ha fallado muchas veces. Su efectividad se calcula que ronda el 60%, es decir, cuatro de cada diez veces los misiles interceptores no consiguen destruir el misil atacante. Lo han resuelto colocando cuatro misiles interceptores por base, ahí la efectividad aumenta hasta el 97%. Cada uno de los interceptores cuesta 75 millones de dólares más el coste de la base el sí y todo el desarrollo tecnológico que ha supuesto muchos años y un desembolso importante de dinero. Seguramente terminen haciéndolo funcionar, pero solo EEUU puede permitirse un ingenio así.

A veces se nos olvida que Rusia es un país pequeño en términos económicos. Tiene un PIB parecido al de España (1,4 billones frente a 1,3 billones) y muy inferior al de países como Alemania, Francia o Japón. No digamos ya al de EEUU, que es de 19 billones. La economía rusa es 14 veces más pequeña que la estadounidense y 26 veces más pequeña que el combinado entre EEUU y la UE. No dudo que el ejército ruso sea competente. Tienen buena formación, gran tradición militar y más de un millón de efectivos movilizados, pero no creo que pueda permitirse desarrollar armas tan caras como las que anunció su presidente. Carece de los recursos para ello. Rusia dedica a las Fuerzas Armadas unos 70.000 millones de dólares anuales, EEUU más de 600.000, es decir, nueve veces más.

La guerra moderna, no lo olvidemos, se hace con dinero que financie la investigación de armas de última generación y su puesta en práctica. Para que Rusia igualase el gasto militar de EEUU tendría que dedicarle la mitad de su PIB, es decir, toda la recaudación fiscal… y ni eso porque dudo que la hacienda rusa recaude 600.000 millones de dólares anuales. No puede ponerse a la par en gasto luego no puede igualar su armamento. Es una ecuación así de sencilla. Tienen grandes técnicos y mucha experiencia, pero no hacen milagros.

Luego lo de Putin seguramente se trate de un farol dirigido más al consumo interno que a asustar a la OTAN. Quizá por eso mismo la alianza ha evitado hablar del tema. No se lo creen. Rusia es temible por tierra y cerca de casa, pero no está preparada para mantener un conflicto prolongado lejos de sus fronteras. Simplemente no se lo puede permitir.

Quizá a muchos les guste fantasear con un contrapoder a la posición hegemónica de EEUU y la OTAN, pero es eso mismo: fantasía. Hoy por hoy nadie se acerca en poderío militar a EEUU y sus aliados. No sé dentro de 50 años, pero no en el mundo actual. Y alegrémonos por ello mientras dure. Occidente tendrá todos los defectos que queramos, pero es infinitamente mejor lugar en el que vivir que Rusia, China o cualquiera de los socios que tienen por el mundo.

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1 Comment

  1. Si Vladimiro pretende seguir en el machito ruso ha de aplacar los fantasmas rusos, a saber, la humillación y el miedo. Creerse los mejores y ver enemigos paranoicamente son dos constantes de la historia rusa que Vladimiro pretende resolver con una supuesta hegemonía militar que no precisa ser real para conseguir el propósito de espolear y de sosegar al personal. La ristra de adelantos ha sido variada y nutrida pero como el número de evidencias de su existencia y operatividad ha sido cero pues toca esperar a futuras concreciones para dejar de pensar que esto tan solo es una fantasmada para consumo interno.
    Un cordial saludo.

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