Fin de fiesta para Huawei

Sucedió el miércoles pasado. Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija del fundador de la empresa, fue arrestada en Vancouver. La detención se produjo a petición de EEUU, que acusa a Huawei de saltarse las sanciones contra Irán. Al parecer la empresa tecnológica exportó a Irán equipos electrónicos fabricados en EEUU rompiendo con ello el embargo.

El arresto ha provocado el rechazo inmediato del Gobierno chino, que ha anunciado duras represalias, pero sólo contra Canadá que, en este caso, no es más que el chico de los recados. Trudeau ni siquiera lo sabía, pero John Bolton, consejero de Seguridad Nacional si. Un asunto que parece que va algo más allá de una cuestión meramente comercial y en entra en el terreno de la política. Vamos a desgranar las claves.

1 Comment

  1. Las empresas han de acatar las leyes de los países en donde operan y asumir los cambios de legislación que los gobiernos de dichos países implementen. Las empresas chinas además han de acatar las órdenes directas de su dictadura. Poner en el mercado empresas exitosas con datos opacos e intenciones oscuras afecta a uno de los activos empresariales más importantes, la confianza. Entendiendo que la dictadura quiere abrir los bolsillos del mundo pero ni un solo cerrojo chino, se entiende también que China es una potencia por su poder de producción y está en potencia por su capacidad para llegar a ser: es una potencia económica y es un crack en potencia, es una potencia política y es una revuelta en potencia. Mientras que la realidad de su poderío es palpable, la amenaza de su colapso es una sospecha que las sonrisas de sus miserables gobernantes no son capaces de disipar. Huawei será o no culpable, no que no ha sido nunca es transparente.
    Un cordial saludo.

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