
Este fin de semana se produjeron violentos disturbios en varias ciudades iraníes entre partidarios y detractores del presidente Hassan Rouhani. Fue la culminación de cinco días de protestas populares que, en un principio, tenían un contenido meramente socio-económico pero que pronto se convirtieron en manifestaciones de reivindicación política. A Rouhani se le ha acabado la paciencia. Se cuentan ya doce muertos y el uso de redes sociales han sido restringido. ¿Estamos ante una reedición de las protestas de 2009 contra Ahmadineyad o esta vez es diferente?
Los regímenes autoritarios precisan enemigos exteriores, que justifiquen el sacrificio del pueblo por el esfuerzo de guerra, y traidores internos, que justifiquen la represión al pueblo.
El pueblo antes o después acaba protestando por sus penurias, a no ser que haya una férrea represión previa. En esta ocasión la penosa situación económico-social ha sido el detonante, con una continuidad en reivindicaciones políticas.
La cuestión es que, independientemente de los distintos detonantes, la respuesta de un régimen autoritario será siempre la misma: represión, represión y represión.
Un cordial saludo.
El hegemón americano, guiado por el poder financiero sionista, se dispone a organizar otra «primavera» en Irán.
Podemos repasar el guión: sanciones, hambre y escasez en la población, bombardeos masivos, más hambre, muertos, atentados, sangre, caos, bandas armadas y quizá hasta se consigan mercados de esclavos como en Libia para abastecer a los amiguetes saudíes de los Borbones.
Todo por «salvar» la «libertad» y los «derechos humanos» de los iraníes, claro (que no incluyen la comida, la salud o que te revienten con un dron occidental)
Saludos