
La Primera Guerra Mundial arrojó una cifra de muertos escalofriante: 20 millones, a razón de 5 muertos por año. Se demostró como una auténtica máquina de picar carne que pilló por sorpresa a una sociedad complaciente y despreocupada que aún pensaba que la guerra era algo glorioso y breve. Pero una matanza semejante no podría haberse producido sin el concurso de nuevas armas fabricadas a gran escala y en serie mediante procedimientos industriales. Armas muy mortíferas que terminaron dando forma a esa guerra y que condicionaron todas las que vinieron después. Cien años más tarde la forma de hacer la guerra se parece mucho a la de la Primera Guerra Mundial. En muchos aspectos la guerra moderna nace en aquel momento.
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La industrialización de la guerra que inauguró a escala planetaria La Gran Guerra, supuso que las tácticas y estrategias previas resultaran inútiles y aniquiladoras. Si las armas de fuego acortaron la diferencia entre hombres de armas y hombres armados, el aumento de su potencia y cantidad convirtieron a los hombres armados en carne brevemente móvil y a los civiles en mobiliario urbano. A los millones de muertes violentas, millones de lisiados y millones de traumatizados, hubo que sumar la ola de rencor y la abrumadora incapacidad para resolver las hostilidades. La Primera Guerra Mundial picó carne, enconó odios e indicó el camino a la industria armamentística: fuego y metal, acelerado y por todas partes.
Un cordial saludo.
Donde dices «a razón de 5 muertos por año» supongo que querías decir «a razón de 5 millones por año».
Salu2