La prehistoria del cine

Se le ha bautizado como «séptimo arte» y a su industria como la fábrica de los sueños, el cine es el último de los grandes inventos del siglo XIX y uno de los que más influencia tuvo a lo largo del XX. No podemos, de hecho, entender el siglo pasado sin esta tecnología y todo lo que trajo consigo. Pero no tuvo un parto sencillo.

La idea de reproducir la imagen en movimiento es tan antigua como el hombre. Habría que irse al arte rupestre del paleolítico para encontrar los primeros vestigios de este deseo humano de representar la realidad tal y como es. Pero no fue hasta ya entrado el siglo XIX cuando fue posible desarrollar algo tan prodigioso como el cinematógrafo, una patente que dos hermanos franceses, los Lumière, presentaron en 1895.

Con todo, y sin quitar un ápice del mérito que ambos tuvieron, el invento no fue enteramente suyo. El cine, como otros inventos mecánicos que entrañan cierta complejidad técnica, fue un invento colectivo. Muchos fueron los que concurrieron durante siglos para hacer posible la proyección de la primera película. Antes de eso hubo de inventarse la película propiamente dicha y, sobre todo, la fotografía. Sin esta última y su continuo perfeccionamientos durante la segunda mitad del siglo XIX ni los hermanos Lumière, ni Thomas Alva Edison hubieran podido dar el empujón definitivo al cinematógrafo y, con él, a las películas, los cines, los estrenos, las sesiones dobles y las entregas de premios de la Academia.

Hoy en La ContraHistoria vamos a recorrer los orígenes de un invento que hizo del mundo un lugar mucho mejor y que ha permitido a varias generaciones el privilegio de soñar despiertas.

En El ContraSello:

  • ¿Cuándo entraron en contacto China y Occidente?
  • ¿Por qué América se llama América?

Bibliografía

https://diazvillanueva.com/apoya-la-contra/

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