… y le liquidaron los suyos

Después de mes y pico de aburrimiento lo de Cataluña se ha reactivado de golpe. Y no precisamente en el sentido que esperaban los independentistas. Se deduce de los hechos que sin el factor sorpresa y sin poder echar mano de los recursos de la Generalidad los golpes de efecto no funcionan tan bien. Puigdemont y los suyos tenían una hoja de ruta más o menos clara hasta el referéndum. A partir de ahí habitaban los dragones por lo que empezaron a improvisar. Que si declaro la independencia en diferido, que si lo hago en directo, que si se lo cuento sólo a mi abuela para que el Gobierno no se de por enterado… El independentismo terminó demostrando que, en realidad, era simple procesismo. Una vez culminado el «procés» con la celebración del referéndum no sabían muy bien lo que iban a hacer.

Improvisar está muy bien y a menudo es necesario, pero ninguna estrategia se debe basar en la improvisación. Napoleón no conquistó media Europa improvisando sobre la marcha o, por traérnoslo al terreno de la política, la Transición española se hizo siguiendo unas pautas maestras que habían sido planificadas previamente. Luego ya se improvisó sobre ellas.

[amazon_link asins=’B06XDFL7FH’ template=’ProductAd’ store=’f0279-21′ marketplace=’ES’ link_id=’5c68b38e-0700-11e8-9b16-f96b6348b6e3′] La fuga de Puigdemont a Bruselas, algo con lo que nadie contaba y que, en otras circunstancias hubiese contribuido a su causa, ha terminado por ser contraproducente. Probablemente esperaba que según compareciese por vez primera desde Bruselas una masa de partidarios saldría a la calle a colapsar Barcelona una semana tras otra. Era la hipótesis Maidan con la que los independentistas metían miedo a finales de septiembre y que en Moncloa compraron íntegramente. Bien, no hubo Maidan ni nada que se le pareciese.

Lo que si hubo fueron elecciones anticipadas y convocadas desde Madrid en las que el independentismo se mostró rocoso consiguiendo dos millones de votos. Esos resultados, muy parecidos por lo demás a los de 2015, Puigdemont los leyó en clave personalista. Sorprendente cuando menos habida cuenta de que el bloque independentista está formado por tres partidos con sus tres candidatos. En ERC tampoco podían hacer mucho para compensar la tentación caudillista del ex presidente. Su líder, Oriol Junqueras, está en la cárcel y la sustituta que le buscaron, Marta Rovira, era francamente mejorable. Y no sólo Junqueras. Toda la primera línea del procesismo había quedado tocada y, en breve, conforme avance el juicio en el Supremo, quedará hundida porque la inhabilitación para ejercer cargo público es lo mínimo que pueden esperar.

Todo dependía de Puigdemont y éste, a su vez, de que el Estado cometiese un error o se aviniese a algún tipo de negociación con él. Lo primero el Estado no lo ha hecho o no ha cometido al menos un error fatal. Respecto a lo segundo Puigdemont nos ha enseñado una vez más lo malo que para un político creerse su propia propaganda. Pensaba que esto tenía una solución política, es decir, que podía llegar a un acuerdo con Rajoy y salir indemne del brete. Pero no, a él no le persigue Rajoy, le persigue el tribunal más importante del país. Y no por independentista (eso en España es legal), sino por saltarse la ley.

Atrapado en su propia ratonera sólo le quedaba apelar a la épica de los suyos, al tiempo que forzaba a sus socios a escoger entre él y el caos aprovechando que se encuentran en un momento de confusión y con Junqueras entre rejas. Si el martes hubiese conseguido la investidura seguiría donde está, pero tendría al nuevo Parlament salido de las elecciones del 21-D levantado en armas contra el Gobierno. Ese era su plan.

Muy bonito sí, pero implicaba que Roger Torrent se suicidase política y penalmente. Y todo, ¿para qué?, ¿para salvar el culo de un político amortizado que tuvo su momento y lo desaprovechó? La ruptura estaba a la vista y sólo faltaba escenificarla para el gran público. Es ahí donde entra la fotografía del móvil de Toni Comín con los derrotistas SMS de su antiguo jefe. Es posible que fuese una simple foto robada. Pero también lo es (y con mucha más probabilidad) que se trate de una filtración interesada para apearle de un tren que se detuvo en seco a principios de noviembre y que no consigue arrancar de nuevo. Es decir, que fueron los suyos. Nada extraño, en política siempre son los tuyos.

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2 Comments

  1. El separatismo imaginó que tenía que elegir entre «el procés» o cumplir la ley, y eligió «el proces», sin embargo la opción de cumplir o no la ley no existe, por lo que en realidad eligió «el procés» y cumplir la ley. Ahora que el separatismo va asumiendo que lo de cumplir la ley no es opcional, se va perdonando «el procés» y empieza a rumiar planes sobre una compleja secesión legal y sobre perseverar en la destrucción de las instituciones españolas desde las instituciones españolas. Pero lo primero es desprenderse de los cadáveres políticos por cuestiones de higiene, hedor y estética. En este sentido, parece que se está aclarando quién le dice al ex-president que ha fallecido y quién le pide la llave que se tragó antes de encadenarse al mástil del barco procesista. Porque en el separatismo catalán todo el mundo es prescindible pero no se puede prescindir ni del presupuesto y ni de la institución.
    Un cordial saludo.

  2. Son muy cansinos, hasta la saciedad, aburren y son ridículos al máximo, eso si, en cuanto ven una toga se hacen aguas mayores y don dije digo, digo Diego.

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