Los derechos del hombre y del ciudadano

El 9 de julio de 1789 los diputados reunidos en la Asamblea Nacional que se estaba celebrando en Versalles decidieron convertirse en Asamblea Nacional Constituyente. Los acontecimientos que se vivirían en París a lo largo de los siguientes días, y que concluyeron con la Toma de la Bastilla el 14 de julio no impidieron que la Asamblea comenzará a alumbrar sus primeras propuestas legales. De partida, los principios fundamentales sobre los que habrían de construir toda su legislación que se materializaron en la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, terminados de redactar para el 26 de agosto. Antes, a primeros de agosto, se habían abolido los derechos feudales. Esto último se hizo en gran medida como consecuencia del denominado gran miedo (la grande peur), una serie de revueltas campesinas que habían saqueado y destruido numerosas propiedades señoriales por distintas partes de Francia. El gran miedo mostró como la Asamblea Nacional se veía obligada a actuar a remolque de los motines populares.

Si las protestas en París y Versalles desde junio ya había provocado la huida de algunas familias nobles al extranjero, el gran miedo aceleró este proceso y, sobre todo, impulsó al rey Luis XVI a buscar el modo de desarticular la Revolución buscando el apoyo de otros monarcas europeos que veían con preocupación lo que estaba aconteciendo en Francia. Pero no por ello la Asamblea Nacional Constituyente dejó por eso de avanzar en su tarea, tanto de dotar a Francia de su primera Constitución, como de legislar para eliminar los privilegios de nobles y clérigos.

En paralelo, las revueltas se siguieron sucediendo. Entre el 5 y el 6 de octubre de 1789, un nuevo motín del pan provocó que miles de parisinas acudieran a Versalles armadas, el palacio fue asaltado y tanto el rey como la Asamblea se vieron obligados a abandonar la ciudad para trasladarse a París. Convencido de que la situación se le había ido de las manos Luis XVI, temiendo por su vida y la de su familia, trató de huir en junio de 1791 a los Países Bajos austriacos, pero fue capturado antes de salir de Francia y obligado a regresar a París por los revolucionarios.

Una vez allí fue obligado a firmar la Constitución promulgada ese mismo año. A partir de ese momento Francia quedaba convertida en una monarquía constitucional en la que el rey de Francia por la gracia de Dios pasaba a ser, simplemente, rey de los franceses, a quienes en resumidas cuentas les debía la corona. Sin embargo, la Constitución de 1791, hija de la Declaración de los Derechos del Hombre, tendría una vida efímera. La primera coalición de las monarquías europeas contra los revolucionarios se puso en marcha en abril de 1792. Esto provocó el ascenso de los revolucionarios más radicales que dieron un golpe de Estado en agosto de ese año dejando sin efecto la Constitución.

Avanzamos hoy así en la segunda parte de nuestra serie sobre la Revolución Francesa, que empezamos en el anterior programa dedicado a la toma de la Bastilla. De nuevo nos acompaña el maestro Alberto Garín.

Bibliografía:

>>>La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios

1 Comment

  1. Buenas tardes Fernando.
    Estoy siguiendo tus tres capítulos sobre la Revolución Francesa. En concreto y en relación con el segundo capítulo dedicado a los derechos del hombre y el ciudadano, quiero hacerte una matización y una sugerencia.
    La matización es que habéis señalado como antecedente de la declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, a la Declaración de Independencia de EEUU. A este respecto, señalarte que el antecedente real no es esta declaración de independencia, sino la Declaración del Buen Pueblo de Virginia de 12 de junio de 1876 que, a su vez, tiene como antecedente la Carta de Derechos Inglesa de 1.689.
    Estos documentos son la plasmación legal de las ideas vertidas por Locke en su Ensayo sobre el Gobierno Civil (publicado entre 1660 y 1662), las doctrinas filosóficas políticas de Montesquieu ( El Espíritu de la Leyes ) donde se establece la doctrina de la separación de poderes y el sistema de pesos y contrapesos y sobre todo de Rousseau que en El Contrato Social de 1762 que consagra la libertad e igualdad de los hombres en todo Estado, cuyo nacimiento se instituye por medio de un contrato social que establece la supremacía de la Ley como máxima expresión de la Voluntad Popular. Solo aludes a Tocqueville, lo que es importante pero no es el único
    Montesquieu y Rousseau establecieron los principios y las reglas del Estado de Derecho y sobre todo la creación de la Administración Pública. En suma del Estado tal y como hoy los conocemos. Por ello, os sugiero recordar estos pensadores que han sido la pieza angular del sistema jurídico político de Occidente.
    Me permito recomendaros el libro “Revolución Francesa y Administración contemporánea” de Eduardo García de Enterría (Ed. Marcial Pons) porque estoy segura que os puede dar otra dimensión más allá de los hechos históricos de este hito de la humanidad.
    Un saludo.
    Lola

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