Macron el reformador

A lo largo del último mes la calle en Francia se ha llenado de manifestantes. Lo ha hecho a causa de la reforma laboral de Macron, prometida durante la campaña y que el presidente ha querido quitarse de encima cuanto antes. Es una reforma suave y necesaria pero que ha contado desde el principio con la oposición de la izquierda y, sobre todo, los sindicatos, que advirtieron que París ardería. La realidad es que las protestas han ido a menos y nunca han sido masivas. París no ha ardido, quizá porque el presidente había hecho mejor lectura de la sociedad que los así llamados agentes sociales.

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2 Comments

  1. Manuel prometió reformas y resurgir francés.
    La reforma laboral se percibe necesaria por la mayoría pero no por la minorías chantajistas del gobierno que le amenazan con «parar el país». Si Manuel aguanta el envite, sacará adelante su reforma, lo que no significa que automáticamente resurja nada, pues la reforma solo propone condiciones favorables para la productividad pero esta sigue dependiendo esencialmente del personal y el francés arrastra una cultura de proteccionismo estatal de aúpa. Si al coste de su implantación solo se suma una mejora tímida y tardía, peligra su reelección. Si lo que ocurre es que resurge Francia fulgurante, entonces habrá Manuel para rato. Menuda apuesta.
    Un cordial saludo.

  2. Macron, chico de los recados de la banca Rostchild, fue encumbrado a la presidencia de Francia por el dinero de las Trasnacionales que apuestan por la destrucción de los Estados Nación nacidos de la Revolución Francesa, última defensa para su poder sin fronteras.

    Las Corporaciones empiezan ahora a cobrar dividendos: Macron ha comenzado a demoler el estilo de vida francés, quizá último símbolo de alto nivel de vida de la clase media en Europa. Jornadas extenuantes, esclavización sin derechos de facto, empobrecimiento de rentas de la mayoría para el enriquecimiento de la oligarquía. Nada que no conozcamos aquí ya.

    Todo en las aras de la competitividad y la exportación, aunque siguen sin explicarnos a quién se va a exportar cuando la inmensa mayoría tengamos el nivel económico de los Juegos del Hambre

    Pero una minoría mayoritaria de franceses lo votaron. Y en esta Europa, cuando se vota lo que dice el dinero y las Corporaciones es mayoritario y sagrado. Cuando no, es ilegítimo y hay que montar campañas contra ello (Brexit p.ej.)

    Esperemos que los franceses hagan honor a su Historia y Macron vaya al basurero de la Historia.

    Saludos

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