
La crisis venezolana empeora por días. A la represión brutal desatada por el régimen contra las protestas callejeras de la Oposición se le ha unido ahora una fractura abierta en la cúpula del Estado. Luisa Ortega, la fiscal general, una histórica del chavismo, se ha declarado en rebeldía y ha pedido expresamente no reconocer al Gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa de estar dando un golpe de Estado y de promover un proceso constituyente anticonstitucional. El régimen se ha revuelto contra ella y la ha sustituido de facto.
Qué lejos está el sueño de una hispanoamérica bolivariana, qué lejos queda la visión de una A.L.B.A. pujante, qué lejos queda el anhelo de una Venezuela bolivariana próspera y poderosa, qué lejos queda el ideal de una Venezuela en paz, qué lejos queda la esperanza de una Venezuela sin miseria, qué lejos queda el deseo de una Venezuela libre.
Las aspiraciones de Maduro se limitan a amanecer sin un golpe de sus militares, una revuelta descontrolada o un repudio en la ONU. Y ya.
Un cordial saludo