
El Gobierno venezolano está con el agua al cuello y cada vez más solo. El miércoles pasado la canciller peruana informó a los medios que Nicolás Maduro no sería bien recibido en la cumbre de las Américas, que se celebrará en Lima los próximos 13 y 14 de abril. Un severo varapalo para el chavismo que hasta hace no tanto se paseaba triunfante por estas cumbres. Hoy los pocos amigos que le quedan procuran pasar desapercibidos y entre los grandes (México, Brasil, Argentina, Colombia) nadie quiere saber nada de Maduro. Quizá por eso, porque ha acusado el golpe, ayer anunció que acudiría a la cumbre aunque no estuviese invitado. Entretanto se descuenta tanto dentro como fuera de Venezuela que su Gobierno está herido de muerte y lo más que puede hacer es prolongar la agonía.
[amazon_link asins=’1511522836,1544999488,B01N7QEFRQ,B077V4NT3R’ template=’RejillaSinEncabezado’ store=’f0279-21′ marketplace=’ES’ link_id=’7b69e0ec-12bf-11e8-8b33-81ff93d96423′]
Nicolás no está invitado a una cumbre internacional porque le han retirado la palabra y no les merece respeto, así que se está obscenamente solo ante el mundo y ante los propios. Él, amenaza con presentarse, donde nadie le espera ni le quiere, a decir lo que a nadie le importa, y con esta actitud, además está haciendo el ridículo ante el mundo y ante los propios. Es un dirigente apestado para el mundo, lo puede hacer pensar a quienes le apoyan en Venezuela que ya llegado la hora de un cambio. Pensamientos estos que no se pueden desdeñar tan ricamente como se desdeñan los desaires extranjeros. Nicolás se piensa que está en un jacuzzi que es, en realidad, una olla que se va calentando lentamente. Demasiado lentamente.
Un cordial saludo.