
Hay fotos que sin pretenderlo lo dicen todo. «Gracias Fidel por todo lo que nos das». Gracias por nada. Lo que les da es exactamente nada, no hay más que ver los anaqueles de la bodega. No hay nada en ellos. Una pizarra con los precios de unos productos inexistentes y la empleada echando la tarde. El comunismo reducido a su expresión cotidiana es miseria y aburrimiento. Mucho de ambos.
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