
Hace cosa de tres meses comentaba en estas mismas páginas lo contento que estaba por la buena marcha de La ContraCrónica y de su inseparable compañera La ContraHistoria. Tanto en febrero como en marzo la audiencia ha continuado al alza. El mes pasado alcancé y sobrepasé las 200.000 descargas, más de 7.000 diarias de promedio. Tanto en iVoox como en Apple Podcasts (que es como se llama ahora iTunes) el programa está entre los primeros codeándose con los principales espacios de la radio. Y no es cosa de un día, es una tendencia que se mantiene desde hace meses. La comunidad, lejos de dispersarse, se afianza lo cual me llena de satisfacción y me impulsa a creer aún con más fuerza en este proyecto. Os comentaba asimismo que estaba mirando el modo de hacer de «las Contras» algo rentable de lo que poder vivir honradamente ofreciendo algo que tiene su pequeña pero fiel demanda. Tal y como me maliciaba, el asunto no es fácil. La publicidad no entra ni saliendo a buscarla. Y he salido a buscarla. A modo de resumen rápido de la experiencia: básicamente me he llevado portazos, muchas caras de condescendencia y una generosa colección de vuelva usted mañana pero sin el usted, que este negocio es poco amigo de formalismos.
Quedaba la vía de la publicidad política, lo que comúnmente se conoce como propaganda. Habida cuenta de que La ContraCrónica es un espacio de análisis político, ponerse al servicio de un partido afín o de alguna de sus banderías a cambio de dinero era una vía. Pero esa no la he explorado por la sencilla razón de que supondría para mi un insorteable conflicto de intereses. Además, si algo he aprendido en los tres lustros que llevo de oficio es que a los políticos uno no debe ni acercarse. Como con la cocaína, el contacto prolongado con ellos te convierte en un adicto y su enfermizo ambiente termina por devorarte el alma. Y yo no quiero ni caer en una adicción incurable ni vender mi alma al diablo. Dicho sea lo del diablo con la máxima literalidad.
Luego constatado el hecho de que, como el coronel de la novela de García Márquez, la radio online no tiene quien la escriba, solo me queda el camino de las donaciones, es decir, del apoyo directo de los oyentes. Las donaciones en España y, por extensión, en el mundo de habla hispana no son muy habituales. Se junta el hambre con las ganas de comer. Se junta el triste hecho de que somos pobres y llegamos pelados a fin de mes con el no menos triste de que solemos pensar que todo lo que no es gratis lo tiene que pagar el Estado. Como me gusta ir haciendo las cosas poco a poco, tanteando el terreno, ensayando y aprendiendo de los errores, hace unos meses abrí una cuenta en PayPal para recibir las donaciones de quien tuviese a bien hacerlas. No le di mucha publicidad, simplemente coloqué el botón en iVoox para ver qué sucedía. Sucedió que mucha gente donaba pequeñas cantidades, casi todas entre los 5 y los 15 euros. No todos los días pero si casi todas las semanas me ha entrado como mínimo una pequeña donación. Posteriormente coloqué una llamada dentro de esta página informando de la posibilidad de donar y explicando las razones. PayPal está muy bien, es un gran invento pero tiene sus limitaciones para proyectos como La ContraCrónica o La ContraHistoria, programas estables que se emiten regularmente.
En esas estaba cuando primero a través de Roi Vázquez Guerra, director de Bailando con Lobos y gran conocedor de Estados Unidos, y posteriormente de varios oyentes encontré una página llamada Patreon. Se trata de una de esas start up norteamericanas que, aunque concebida para ellos, es perfectamente aplicable a todo el mundo. Patreon es una plataforma de donaciones recurrentes en torno a proyectos creativos sostenidos en el tiempo. Y eso es exactamente lo que necesita La Contra, un grupo de mecenas que la mantenga de un modo regular porque yo, a diferencia de mi micrófono, como todos los días del año. Durante las últimas semanas he estado investigando las posibilidades que ofrece Patreon. Y son bastantes. La pega es que está todo en inglés pero peor sería que estuviese en alemán o en chino. Sorteado el problema del idioma, Patreon -como su nombre indica- permite convertir a los seguidores en patrones de su creador favorito. Hay creadores en todos los ámbitos. A mi me interesaba el de podcasting. Ahí descubrí que a los podcasters estadounidenses no les va nada mal. Hay centenares con miles de patrones poniendo su granito de arena, es decir, sus cinco dólares al mes para que el show continúe.
El show, claro está, continúa e incluso mejora porque muchos de sus autores se pueden dedicar en exclusiva a él. A La ContraCrónica le dedico unas dos o tres horas diarias, todas robadas al sueño o a otros afanes propios del tiempo libre. La ContraHistoria me quita unas dos horas de redacción y unas cuantas más de lectura y selección de piezas musicales para conseguir que escucharla sea, además de algo formativo y entretenido, un placer para los oídos. Es un trabajo en sí mismo. Un trabajo especialmente placentero pero trabajo a fin de cuentas. Muy exigente, por cierto, ya que no puedo escudarme detrás de la cabecera del diario o de la emisora. Soy el responsable primero y último de todo, tanto desde el punto de vista técnico como editorial. Por eso cuando estoy muy ocupado con otras cosas tengo que sacrificar uno de los dos programas. Los aficionados de La ContraHistoria bien lo saben porque, dada su naturaleza intemporal, es el primero al que le paso la afeitadora en cuanto las cosas del día a día me obligan a colgar el cartel de ocupado en el parabrisas.
Pues bien, con la exposición de motivos ya presentada, os informo que desde hoy mi página de Patreon queda abierta al público. La página en cuestión es esta. La operación es muy sencilla. Si te gusta La ContraCrónica, La ContraHistoria (o ambas) y quieres colaborar a su sostenimiento no tienes más que convertirte en patrón (become a patron). Con intención de optimizar la herramienta, he creado tres categorías de mecenazgo. Aquí las resumo:
- Donante. 2 dólares al mes (1,86 euros al cambio de hoy). Unos 5 ó 6 céntimos de euro por programa. A cambio, aparte de apoyar el proyecto, los donantes tendrán acceso a todas las anotaciones que ponga en Patreon, recibirán un boletín semanal con las novedades y podrán entrar en contacto con el resto de donantes, patronos y mecenas de La Contra. Digamos que la comunidad quedará definitivamente constituida.
- Patrono. 15 dólares al mes (13,99 euros). Unos 50 céntimos de euro por programa. A cambio tendrán todo lo anterior y su nombre figurará en los títulos de crédito de cada uno de los programas. Una puesta al día de lo que antiguamente hacían los patronos de los pintores cuando pedían ser retratados dentro de un cuadro.
- Mecenas. 30 dólares al mes (27,97 euros). Unos 90 céntimos de euro por programa. A cambio todo lo anterior más el acceso al Consejo Editorial de La Contra. Como un Consejo Editorial es algo serio y no se lleva bien con las multitudes el número de mecenas está limitado a 10.
Podría hacer la consabida comparación con el café. Ya sabéis, por lo que cuesta un café al día puedes sostener y bla bla bla… Pero es que en todos los casos la cantidad es menor incluso de lo que cuesta un café, a no ser, claro que se trate de un matarratas de esos de máquina que ponen en las oficinas que te dejan el estómago hecho unos zorros, o el café que les sirve su ordenanza a los secretarios de Estado cada mañana en el despacho. Este último es directamente gratis. Si por esas cosas raras que pasan a veces en la vida consiguiese donantes suficientes como para dedicarme solo a esto pues lo haría. Habría entonces de mejorar y diversificar la producción. Pero ese sería ya otro escenario muy distinto que tendría que afrontar llegado el momento. Entretanto con consolidar los dos programas y dar forma a la comunidad me conformo. En la vida a fin de cuentas se trata de ser ambicioso no fantasioso.
Hola Fernando:
soy Pepe Benavides Córdoba, empresario sevillano y asiduo de La ContraCrónica, desde hace un año. Te sigo a diario. Me habló de ti, mi hijo Pepe, que estudia Governance and Leadership en La Universidad de Navarra.
Queremos que cuentes con nosotros, como Mecenas. Son temas de nuestro interés:
1. El que los pueblos de Hispanoamerica, se vuelvan a encontrar en el camino de la Historia. Profundizar en la idea de que la cultura, y los valores comunes, nos hacen pueblo constituyente de una Nación, que no lo es por culpa de los políticos.
2.la difusión del pensamiento liberal, como el enfoque mas racional, al bienestar de los ciudadanos. Ser altavoces, de como la renta a disposición, puede aumentar, a través de la bajada de los impuestos, y que los servicios pueden mejorar, a través de la libre competencia.
3. La Responsabilidad Social Individual, entendida como la iniciativa del individuo, de emplear parte de sus ingresos, en garantizar, la Educación y la Sanidad Universal, pero sobre la base, de un pagador único, El Estado, pero a empresas que prestan el servicio y compiten entre ellas. Sería el ciudadano, el que en libertad, elegiría la empresa que le presta el servicio, que paga el Estado, y este, como administrador , de los bienes de la Sociedad, sería el pagador de dichos servicios, pero no el prestatario. Esto quita a la izquierda, la bandera de la solidaridad.
En difinitiva, nos gustaria saber como instrumentalizar, nuestro compromiso, contigo, como portavoz, en internet de nuestras ideas comunes, y facilitarte la labor, de que te puedas concentrar en estas labores. Creemos, que sería nuestra mejor contribución, a esa Patria Grande que está por hacer, y que tanta cordura podría llevar al Mundo.
Recibe un cordial abrazo
Pepe Benavides Córdoba, empresario
Pepe benavides Nieto, estudiante de 1º de Economics, Governance and Leadership, en la Universidad de Navarra