
Se produjo en las elecciones autonómicas de ayer en Andalucía un vuelco histórico. El PSOE se derrumbó pasando de 47 escaños a 33. Ciudadanos ganó 12 escaños (de 9 a 21) y VOX irrumpió con fuerza, casi 400.000 votos y 12 escaños. En principio Susana Díaz podría seguir gobernando, pero lo va a tener difícil porque no alcanza la mayoría absoluta sumando los votos de Adelante Andalucía, que es como se ha rebautizado el Podemos local para estas elecciones.
Es muy pronto todavía para hablar de pactos postelectorales, ya habrá tiempo para ello, pero es más que posible un acuerdo entre PP, Ciudadanos y VOX que sacaría a los socialistas del Palacio del San Telmo por primera vez en casi cuarenta años. Vamos a verlo con más detenimiento.
Los socialistas vuelven a ser el partido más votado en Andalucía, pero no tienen con quién pactar un gobierno por lo que van a abandonar la junta después de décadas de chalaneo perverso de la institución. Si el nuevo presidente autonómico va a cambiar algo más que las caras de quienes pisan moqueta ya se verá aunque ya se puede decir que lo va a tener complicado por lo que pueda ocurrir en su partido, con sus aliados y con la trama pesebrera ya establecida. Hay que destacar el auge de un partido que ha sabido recoger los votos de los peperos aburridos de un PP que asume todas las políticas antipatrióticas y anticonservadoras, y recoger también todo el desencanto de quienes no ven en los partidos conocidos solución alguna a los problemas de secesión, paro, demografía de envejecimiento e inmigración, concepto de Europa y una bandera para un propósito. Como el pujante partido tiene la misma capacidad para defraudar a sus votantes que el resto de partidos, es decir, toda, pues conviene que de momento se moje lo imprescindible para no estropear la ola ascendente de cara a próximos comicios.
Un cordial saludo.