
La Casa Blanca ha presentado la anunciada reforma tributaria. Prometida durante la campaña electoral del año pasado al final ha quedado un tanto descafeinada porque los compromisos de gasto de Estados Unidos son tales que era poco menos que imposible rebajar mucho más. Pero, siendo incluso mucho menos ambiciosa de lo que se prometía, es una reforma que va en la buena dirección, que implica bajadas reales de impuestos y que tendrá consecuencias positivas en la economía norteamericana.[mc4wp_form id=»6011″]
Donaldo ha demostrado que no sabía de política, y al aplicarla a temas que igualmente desconocía, como han sido la inmigración, el yihadismo, la sanidad o las relaciones internacionales, el resultado ha sido el previsible. También ha aplicado su desconocimiento de la política a temas que conocía, como las armas, el racismo o los trabajadores si papeles, con resultados desconcertantes. Su desconocimiento de la política ha afectado negativamente a los temas que dominaba, a saber: negociaciones comerciales, estar bajo los focos y cabalgar escándalos. Ahora, le toca el turno a la fiscalidad. Sabemos que domina el tema y habrá que ver si ha aprendido algo de política para poder sacar su reforma fiscal adelante y satisfactoriamente.
Un cordial saludo.