
Todos coinciden: el FMI, el Banco Mundial, la CEPAL y, naturalmente, la realidad. La economía de la América hispana está constipada desde hace cuatro años y nada indica que vaya a recuperarse a lo largo de este año. La CEPAL revisó hace unos meses su perspectiva de crecimiento para la región dejándola en un raquítico 1,5%. Hay excepciones, claro, hay países como Paraguay o la República Dominicana que crecen con fuerza y otros están hundidos en el fango como Venezuela, pero la tónica general es la atonía.
Los dos gigantes, México y Brasil, atraviesan momentos delicados mientras que a los hermanos medianos, Argentina y Colombia, no les va demasiado bien. Argentina, de hecho, decrecerá en 2018 y es probable que esta tendencia se mantenga en el año que acabamos de estrenar. Vamos a ver por qué.
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