
Se acusa desde hace años al Banco Central de China de manipular a su antojo la cotización del yuan para que la economía china gane competitividad. Es cierto, y el Gobierno chino no lo oculta. El yuan no flota libremente, lo hace asistido por el Gobierno, que solo permite flotar a su divisa en una banda muy estrecha. Pero de un tiempo a esta parte en lugar de devaluarlo está tratando de revaluarlo ante la pérdida de confianza en la economía china de los últimos dos años. ¿Hasta cuando podrá Pekín mantener este control?
La naturaleza estatista del sistema político chino no le permite dejar de adulterar y viciar todos y cada uno de los aspectos de la vida, obra y hacienda de los chinos. El dinero actual, desposeído de su valor social como facilitador de intercambios libres y transmisor de información mercantil y convertido en herramienta de financiación política, solo puede estar manipulado. Lo desvergonzado del mangoneo chino aporta certeza sobre en que intervendrá si las cosas se le tuercen, certeza que ya teníamos.
Un cordial saludo.