La Ilustración: las sombras de las luces

La Ilustración fue un movimiento de mediados del siglo XVIII originado en Francia y que se expandió rápidamente por el resto de la Europa Occidental. El filósofo prusiano Immanuel Kant dio su propia definición de este movimiento: “la Ilustración significó el abandono del hombre de una infancia mental de la que él mismo era culpable”, pues para Kant, como para el resto de los ilustrados, hasta ese siglo XVIII, los hombres se habían empecinado en no hacer uso de su razón y dejarse llevar por las supersticiones, incluida la religiosa.

De partida, estos ilustrados eran mayoritariamente burgueses que reflexionaron sobre el carácter del Estado y la necesidad de superar la monarquía absoluta para lograr una sociedad de hombre libres e iguales, acabando con los privilegios de los reyes y la nobleza. Se considera que aquí se encuentra el fermento de la Revolución Francesa de 1789, la de la toma de la Bastilla y las subsiguientes revoluciones liberales, incluidos los movimientos de independencia hispanoamericanos ya en el siglo XIX.

A partir de ese momento, la Ilustración fue vista como uno de los motores de progreso de la humanidad, de ahí que ha habido numerosos estudios que han decidido ampliar el concepto, tanto cronológicamente, incluyendo a muchos autores desde la segunda mitad del siglo XVII, como en el ámbito geográfico, añadiendo nuevas regiones de Europa al movimiento, la más reciente de todas es la llamada Ilustración escocesa.

Hoy, el adjetivo ilustrado es aplicado a todas aquellas personas cultas, bien educadas y que abogan por un desarrollo racional de la sociedad. Pero, ¿hasta qué punto la Ilustración fue ese motor de desarrollo y en qué medida todo lo que hoy consideramos como Ilustración fue tal? Eso mismo es lo que vamos a abordar hoy en compañía de Alberto Garín, quien nos ayudará a distinguir las sombras de ese mundo conocido como Siglo de las Luces.

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Bibliografía

2 Comments

  1. Hola Don Fernando, le escribo para felicitarle a Usted y al señor Garín después de escuchar esta Contrahistoria. Les ha quedado de lo más «contra»
    Me ha «ilustrado» mucho el punto de vista crítico que le habéis dado.
    Enhorabuena 👏👏👏

  2. Buenas Fernando y Alberto, felicidades por todos los programas y por el contenido de la web. En este caso me parece acertadísimo los comentarios sobre los ilustrados escoceses y el abuso del término que nos ocupa en numerosos ámbitos que no le pertenecen. Pero como sin debate no hay aprendizaje, quería comentar que esta contrahistoria me a parecido, en general, muy forzada. Cargada de falacias impropias de vuestro rigor habitual:

    1. Los criticáis por saber venderse, cuando eso no es malo per se aunque explique parte de su éxito. Es como si dijerais que el capitalismo americano se impuso al comunismo ruso por el cine de Hollywood, y no por que es un sistema mejor.
    2. Que estén pagados de sí mismos es un juicio muy personal vuestro y que, en caso de ser cierto, en nada rebaja el valor de lo que fue la ilustración.
    3. La enciclopedia se concibe como la reunión del conocimiento existente, pero sólo del que ellos consideran conocimiento. Claro, exactamente igual que se hace con las enciclopedias y con el conocimiento verídico actualmente. El que está validado por el método científico. Sirve para separar lo que es conocimiento de lo que es imaginación. Y tiene más lógica si cabe en aquella época que en la actual, pues como muy acertadamente exponéis, se acababa de proponer abiertamente la posibilidad de ser ateo por primera vez. ¿Cómo se va a separar la omnipresente religión del saber racional si no es así?

    En esta ocasión me ha faltado objetividad, creo que ha sido un programa con un sesgo mucho más marcado que los anteriores.

    Un saludo,

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