
La llamada “variante brasileña” ha agudizado los problemas en su país de origen, el segundo país del mundo, tras Estados Unidos, con mayor número de contagios y fallecidos a causa de covid. Sólo este domingo se informaba de 83.000 nuevos contagios en un día y se superaba por primera vez desde el inicio de la pandemia las 3.500 muertes diarias. A ello hay que sumar el mayor colapso sanitario y hospitalario de la historia, con tasas de ocupación las camas de las unidades de cuidados intensivos que superan el 80% en 25 de los 27 estados del país. En las grandes ciudades como Sao Paulo o Río de Janeiro la ocupación está por encima del 90%.
La situación es angustiosa y se debe en buena medida a la variante de Manaos, denominada de este modo por haber surgido en esta ciudad del Amazonas hace unos meses. A mediados de este mes los Estados vecinos han cerrado sus fronteras para evitar en la medida de lo posible que la nueva cepa se empiece a transmitir también en Argentina, Uruguay y Paraguay, los tres países con los que Brasil registra mayor tráfico de personas. Los científicos están investigando a toda prisa la naturaleza de esta variante, entretanto sólo se puede combatir de dos modos: tomando medidas de distanciamiento social y acelerando la vacunación. El presidente Jair Bolsonaro ha anunciado que en los próximos meses llegaran 500 millones de dosis, las necesarias para vacunar a un país de 215 millones de habitantes. Ahora sólo falta por saber si se podrán administrar a tiempo porque de esta variante del virus se han detectado hasta doce mutaciones distintas.
En La ContraRéplica:
- Los confinamientos en Alemania
- Serbia se ofrece a vacunar extranjeros
- El impacto económico del bloqueo de Suez
Be the first to comment