
Donald Trump acaba de cumplir sus primeros cien días en la Casa Blanca. Ese es el estándar internacional para acometer el primer balance serio de una presidencia. Cien días, poco más de tres meses, es poco tiempo, pero el suficiente como para hacerse una idea general. La que Trump nos ha dado es que se trata de un presidente pragmático y posibilista, muy lejos del candidato durante la campaña. En lo que no ha defraudado es en su concepción televisiva de la política y su amor por los golpes de efecto.
El manual de Presidente de los Estados Unidos incluye incumplir promesas electorales, colocar a familiares y amigos, movilizar las tropas y tirar algunos pepinazos, redefinir amigos y enemigos internacionales, empantanar leyes en el congreso y bajar su popularidad. Como opcionales quedan escándalos sexuales, recibir Nóbeles absurdos o hacerse fotos con vestimentas o regalos estrafalarios.
Donaldo venía con la etiqueta de outsider de la política, pero ha cumplido el manual escrupulosamente. A ver si esto de ser Presidente de los Estados Unidos ya está inventado.
Un cordial saludo.