
Hace ahora dos meses se convocaron elecciones generales para dar solución al bloqueo que impedía formar Gobierno a Pedro Sánchez. El principal interesado en estos nuevos comicios era el propio Sánchez, que forzó la maquina para que no quedase otra salida que las urnas. Esperaba liquidar a Podemos y pillar por sorpresa al PP, a Ciudadanos y a VOX, que aún estaban organizándose tras las elecciones de abril.
Ninguno de los objetivos que perseguía los ha conseguido. El bloqueo no sólo no se ha deshecho, sino que se ha agravado. Podemos, lejos de desaparecer, ha mantenido el tipo. La operación Más País no ha salido como estaba prevista y el bloque de derecha ha ganado representación pasando de los 149 a los 152 escaños. Y, lo que es ya directamente letal para Sánchez: ha perdido tres escaños y medio millón de votos.
Fue, en definitiva el gran perdedor de la jornada junto a Albert Rivera. Podrá aspirar a la investidura, pero no va a ser tarea fácil porque todas las combinaciones posibles le obligarán a hacer contorsiones.
En La ContraRéplica:
– El inesperado final de la acampada indepe en Barcelona
– Periodismo de sucesos
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