
«Tienen que pasar por encima de nuestros cadáveres y estamos dispuestos a todo. No vamos a admitir que ningún mercenario y contrarrevolucionario provoque un estallido». En estos términos habló el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, después de un domingo marcado por protestas que provocaron la alarma en el seno del Gobierno y en el del Partido Comunista de Cuba. A lo largo del día se produjeron manifestaciones espontáneas que fueron recorriendo toda la isla incluida su capital, La Habana, donde una multitud salió a la calle para quejarse por las pésimas condiciones de vida de la población. Algunas de estas protestas fueron retransmitidas por sus participantes a través de las redes sociales y de YouTube. Como respuesta el Gobierno cortó el acceso a Internet durante casi todo el día.
Nunca en los últimos sesenta años se había visto algo igual. En algunas localidades, en las más pequeñas, la policía tuvo que retroceder ante los manifestantes que les lanzaban piedras, en otras la policía se enfrentó a los manifestantes y disparó con gases lacrimógenos y fuego real. Para disuadir a nuevos manifestantes de salir a la calle, el Gobierno desplegó a toda prisa unidades militares en la calle que se unieron a la policía y grupos de partidarios del régimen. El principal motivo de las protestas es la grave crisis económica que padece Cuba desde que el subsidio venezolano ha ido reduciéndose, pero que se ha visto agravada por el plan de ajuste del Gobierno cubano y la pandemia de coronavirus. Los cortes de electricidad y las estanterías vacías en supermercados y farmacias son habituales desde hace meses. Al mismo tiempo, el país registra máximos en el número de contagios, el sistema de salud se encuentra muy deteriorado y la vacunación ni está ni se la espera.
En La ContraRéplica:
- Las protestas en Cuba
- La vacuna cubana
- China y Cuba
- La España vacía
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