
Este sábado Pedro Sánchez hizo una profunda remodelación en su gabinete. Los ministros de Podemos se mantienen, mientras que siete del PSOE abandonan sus carteras para dar paso a nuevas caras. El juramento de los nuevos ministros se produjo ayer. Todos los ministros han expresado la fórmula habitual para tomar posesión del cargo, «prometiendo» por su «conciencia y honor cumplir fielmente sus obligaciones con lealtad al Rey y guardar hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de ministros». Algunos han innovado, como la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha finalizado su promesa refiriéndose a «Consejo de ministras» o Teresa Ribera y María Jesús Montero, que ha dicho «ministras y ministros». Sólo les faltó “ministres” para que la inclusividad fuese completa.
Al margen de estas expansiones terminológicas, el cambio ha sido sustancial y hay que leerlo en clave interna del PSOE. Arancha González Laya deja su cartera y pasa el testigo a José Manuel Albares. En Justicia a Juan Carlos Campo le sustituye Pilar Llop, antigua presidenta del Senado. En Transportes José Luis Ábalos se retira y deja paso a Raquel Sánchez. Isabel Celaá deja Educación para dar paso a Pilar Alegría. Se crea un nuevo ministerio, el de “Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática” competencias que antes llevaba Carmen Calvo y que ahora dependerán de Félix Bolaños, un colaborador muy cercano de Sánchez. Miquel Iceta sigue en el Gobierno, aunque en lugar de llevar Política Territorial se encargará de Cultura. La caída en desgracia de la otrora todopoderosa Carmen Calvo y la degradación de Iceta, que entró en el Ejecutivo hace sólo seis meses, indican que este cambio hay que leerlo en clave socialista. Es un ajuste de cuentas interno cuya guinda final ha sido el cese fulminante de Iván Redondo al frente de la jefatura de gabinete. Acaba así, al menos por ahora, la veloz galopada del llamado “Rasputín de Moncloa”. Con Redondo se va lo único que realmente funciona de este Gobierno: la mentira sistemática y la propaganda no menos sistemática. Sánchez se repliega sobre un consejo de ministros de muy bajo nivel en el que nadie osará hacerle sombra.
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