Perú abre la caja de los truenos

El martes pasado al Congreso peruano voto a favor de la destitución del presidente Martín Vizcarra, lo que ha sumido al país andino en un absoluto caos político mientras lucha contra uno de los peores brotes de COVID-19 de todo el mundo. La oposición, un total de nueve partidos, se unieron para acusar a Vizcarra de corrupción y de una pésima gestión de la pandemia. El presidente no se resistió, entre otras cosas porque la mayoría parlamentaria con la que se presentó la oposición fue abrumadora, de 124 votos emitidos 105 pedían la destitución, 19 la rechazaban y los 6 restantes se abstuvieron.

Sin apenas apoyos, a Vizcarra no le quedó otra opción que dar un paso al frente y comunicar su renuncia a todo el país por televisión. Con Vizcarra llueve sobre mojado. Es la cuarta vez en tres años que el Congreso trata de derrocar a un presidente valiéndose de una cláusula constitucional que le facultad para hacerlo. El artículo 113 de la Constitución peruana de 1993 contempla que el Congreso pueda destituir al presidente por incapacidad moral o física declarada por el mismo Congreso. Este artículo se ha convertido en un torpedo político que ha hecho de Perú un país completamente ingobernable que ha quemado ya dos presidentes en 5 días

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