
Rusia superó ayer los 220.000 casos de Covid-19 y es ya el cuarto país del mundo con más casos conformados sólo por detrás de EEUU, España y Reino Unido. Las cifras oficiales de fallecimientos son, sin embargo, muy bajas. Poco más de dos mil muertos. En un país de 145 millones de habitantes eso arroja una tasa de mortalidad anormalmente baja, de sólo 14 muertos por millón de habitantes frente a los 572 de España, los 5050 de Italia o los 472 del Reino Unido. El epicentro de la pandemia está en la capital y, en menor medida, en San Petersburgo. Así, mientras las ciudades de Europa occidental están ya haciendo planes para el desconfinamiento, en Moscú ni sueñan con él. El alcalde de la ciudad ha aplazado cualquier tipo de desconfinamiento hasta el 31 de mayo mientras la economía se desploma.
En el caso ruso se da, además, el agravante de que la economía ya venía tocada de mucho antes. El Estado cuenta con grandes reservas de divisas, pero Vladimir Putin es reacio a emplearlas por miedo a agotarlas antes de que se recupere el precio de las materias primas. De llegar a ese extremo el Gobierno ruso tendría que declarar la bancarrota y eso se llevaría a Putin por delante.
En La ContraRéplica:
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