
Trump no descansa ni en domingo. Lo suyo es un trabajo 24/7. Ayer sugirió (por Twitter, claro) que se deporte a los inmigrantes sin pasar siquiera por el juez. Hacer algo así sería imposible mientras la ley actual siga vigente. Pero parece que la intención de Trump no es esa porque hace sólo tres días ordenó que no se separase a los hijos de sus padres en la frontera. Su intención es mantenerse en el candelero, ocupar espacio en los medios y que sólo se hable de él. Y lo consigue.
Quizá por eso los analistas no terminan de aclararse porque puede decir una cosa el domingo y hacer la contraria el martes. Es su estilo personal. Algo aparentemente caótico pero que tiene un sentido último: ser el centro de atención. Entretanto, los trumpólogos dan palos de ciego. El presidente es enigmático sí, pero no tanto por lo que calla como por lo mucho que dice.
A estas alturas de la legislatura resulta patente que «América primero» y «América grande de nuevo» son dos disimulos de «Estados Unidos encima» y también resulta evidente que Donaldo quiere poner a los Estados Unidos encima en toda circunstancia y siempre con un pisotón. La necesidad de ser centro permanente de los focos de Donaldo es irritante pero poco más, el no medir las circunstancias es una torpeza que le traerá grandes quebraderos de cabeza a él y a los estadounidenses y su desdén solo le reporta desafectos entre sus aliados que ni dejan de ser sus aliados ni pierden la memoria. A sus adversarios los chulea con confianzas inadecuadas o insultos chabacanos, lo que no les cambia su inquina un ápice. Los españoles tenemos la suerte de ser nos aliados a los que no avasalla porque ni nos trata, si nos gusta o no, le resulta irrelevante así que con Donaldo comentarios a sus maniobras y nada de baladí fanatismo en pro o en contra.
Un cordial saludo.
A estas alturas de la legislatura resulta patente que «América primero» y «América grande de nuevo » son dos disimulos de «Estados Unidos encima» y también resulta evidente que Donaldo quiere poner a los Estados Unidos encima en toda circunstancia y siempre con un pisotón. La necesidad de ser el centro permanente de los focos de Donaldo es irritante pero poco más, el no medir las circunstancias es una torpeza que le traerá grandes quebraderos de cabeza a él, y a los estadounidenses, y su desdén solo le reporta desafectos entre sus aliados que ni dejan de ser sus aliados ni pierden la memoria. A los adversarios los chulea con confianzas inadecuadas o insultos chabacanos lo que no les cambia su inquina un ápice. Los españoles tenemos la suerte de ser unos aliados a los que no avasalla porque ni nos trata, si nos gusta o no le resulta irrelevante, así que con Donaldo comentarios a sus maniobras y nada de baladí fanatismo en pro o en contra.
Un cordial saludo.