
El repunte de la economía estadounidense tras la pandemia ha provocado el mayor incremento de la inflación de los últimos 13 años, desde agosto de 2008, cuando subió un 5,4%. El índice de precios al consumidor subió en mayo de este año un 5% con respecto al año anterior. La inflación subyacente, que excluye las categorías de alimentos y energía, por lo general volátiles, subió un 3,8% en mayo con respecto al año anterior, el mayor aumento desde junio de 1992. Los consumidores estadounidenses comprueban atónitos cómo se han encarecido de un modo repentino muchas de sus compras, especialmente artículos caros como los automóviles, cuyo precio ha subido por encima de la inflación. Otros productos como el mobiliario, los billetes aéreos o las prendas de vestir también aumentaron bruscamente de precio en mayo.
Los datos son, de cualquier modo, en parte engañosos, ya que la comparación se realiza sobre las cifras de hace un año, cuando la población se encontraba confinada y la economía semiparalizada. Durante la primavera de 2020 los precios se desplomaron debido al colapso en la demanda de muchos bienes y servicios. Si lo comparamos con los índices de hace dos años, de mayo de 2019, la subida es más moderada, los precios generales han subido un 2,5% en mayo.
Este repunte inflacionario llega en un momento en el que el mercado laboral se está recuperando a mucha velocidad y las acciones en Bolsa vuelven a estar por las nubes. Antes de eso la exitosa campaña de vacunación, más de la mitad de la población tiene ya la primera dosis, y los programas federales de ayuda han posibilitado que el país reabra por completo y que la demanda y el gasto se disparen. Resumiendo, que el repunte de los precios refleja la fuerte demanda de los consumidores, que está siendo principal motor del repunte económico. El PIB creció un 6,4% en el primer trimestre del año por lo que muchos temían que toda esta actividad repentina desembocase en un resurgir de la demanda combinado con cuellos de botella en la oferta, lo que ha terminado alumbrando un aumento generalizado de precios. Lo que muchos temen ahora es que esto haya llegado para quedarse.
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