Ahora qué en Afganistán

Desde que los talibanes se hicieron con el poder en Afganistán hace ya más de una semana la información que llega del interior del país habla de venganzas y de persecución de los que se habían significado durante la etapa anterior; ya como funcionarios del Gobierno de Ashraf Ghani, ya como colaboradores de las fuerzas armadas occidentales. Entretanto, EEUU y sus aliados prosiguen desde el aeropuerto de Kabul con las labores de evacuación, tanto de nacionales como de refugiados afganos. La evacuación concluirá en principio el día 31 de agosto, es decir, el próximo martes. El nuevo Gobierno afgano ha dado un ultimátum amenazando de consecuencias a Occidente en el que caso de que se prolongue más en el tiempo.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha solicitado a Joe Biden, prorrogar la fecha límite para la evacuación de Afganistán, ya que miles de personas están intentando huir del país de forma desesperada. Desde hace una semana, el aeropuerto internacional de Kabul es testigo de estremecedoras imágenes en las que tanto ciudadanos extranjeros como afganos tratan de escapar del país a toda costa en los vuelos de repatriación fletados por los diferentes países. En estas escenas se ve cómo estas personas se juegan la vida encaramándose al tren de aterrizaje de los aviones, incluso se ha podido ver a mujeres entregando a sus bebés a desconocidos para salvarles la vida.

Eso es lo que se ve sobre el terreno, pero los cabecillas talibanes se han esforzado en difundir un mensaje muy diferente. Se han apresurado a ordenar a sus fuerzas terrestres que actúen con moderación e intentan persuadir a todos los afganos de que sus intenciones son buenas, que no son como los de hace veinte años. Aseguran haber promulgado una amnistía general para todos los que trabajaron para el régimen anterior, a quienes ha pedido que regresen a sus trabajos cuanto antes porque no tienen nada que temer. Los altos mandos talibanes, muchos de los cuales han pasado años en el extranjero durante la guerra que acaba de terminar, tienen la intención de presentarse como gobernantes benignos y reformados que buscan la legitimidad y el consentimiento de los afganos, así como el reconocimiento de la comunidad internacional. Por lo que sabemos del interior no parecen muy creíbles sus intenciones. El día 31 todo lo que Occidente puede hacer sobre el terreno habrá tocado a su fin y el país será enteramente suyo.

En La ContraRéplica:

  • Las identidades nacionales
  • La izquierda y la nación española
  • El problema de Afganistán

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