
Tal y como estaba previsto la primera vuelta de las elecciones en Colombia han dejado vivos a Gustavo Petro y a Iván Duque, que se verán las caras de nuevo el próximo 17 de junio. Duque se impuso con autoridad, casi el 40% de los votos. Tras él Petro, pero ya muy lejos con el 25% y después Sergio Fajardo con un 23,7%. El de Duque fue un resultado mucho mejor que el que obtuvo Juan Manuel Santos en 2014. Petro, por su parte, se ha desinflado y la izquierda colombiana ha quedado partida en dos.
Ahora queda saber si gana la segunda vuelta Duque o, por el contrario, Petro es capaz de unificar a todo ese voto disperso para hacerse con la presidencia. El país ya estaba polarizado con seis candidatos, más lo estará ahora con dos. Vamos a ver que proponen el uno y el otro y que opciones tienen para ganar el 17 de junio.
Se van cumpliendo los plazos y las previsiones, ahora, a los adeptos les toca insistir y a los no partidarios de los candidatos, decidirse por uno de ellos. Petro apuesta por la paz «farqueña» y priorizar la redistribución sobre la estabilidad presupuestaria o la prosperidad económica, algo a su alcance pero tremendamente inquietante, y Duque propone desmontar el «santismo» y apostar por la estabilidad institucional, que suena más sosegado pero que puede que no esté a su alcance. El futuro presidente tendrá que lidiar con la actual impunidad guerrillera y con la incesante marea venezolana, como novedades y con los narcos y el desarrollo económico, como clásicos, en fin, todo un panorama que excede las capacidades de ambos postulantes. Entiendo el interés que suscitan estas elecciones entre los colombianos pero no el interés que puedan tener los candidatos más allá de que se crean mesías o que ansíen el poder por razones inconfesables.
Un cordial saludo.