España es uno de los países del mundo que tienen más nacionalismo regional. No es algo nuevo, los sucesivos sistemas políticos del último siglo y pico han tenido que convivir con este fenómeno que hunde sus raíces en la historia profunda del país. Voy a tratar de explicarlo con ocho mapas que nos ayudan a entender cómo ciertas diferencias, querellas y problemas nunca resueltos han terminado alumbrando lo que tenemos hoy en día.
Los cinco reinos en 1480, antes de comenzar la guerra de Granada. Castilla era el reino central, el más poblado y rico. La conquista de Granada corrió a su cargo. La de América también.
La guerra de Sucesión dividió el país entre partidarios de Carlos de Habsburgo y Felipe de Borbón. La corona de Aragón y el rey de Portugal apoyó al primero.
Las últimas Cortes del siglo XVIII se celebraron en Madrid. Estas eran las ciudades con representación. Castilla, Aragón y Cataluña estaban sobre representadas. Andalucía y el norte infra representadas
Las guerras carlistas se extendieron durante medio siglo en el País Vasco, Navarra, Cataluña y las serranías ibéricas. Los carlistas abogaban por la vuelta al Antiguo Régimen.
En 1873, durante la fugaz Primera República, una serie de ciudades del sur y Levante se levantaron contra el Gobierno formando cantones independientes. Era la otra cara del carlismo.
Durante la Segunda República tres regiones obtuvieron un estatuto de autonomía. Sólo Cataluña llegó a desarrollarlo.
Entre 1978 y 2006 estas regiones hicieron constar en sus estatutos de autonomía que eran nacionalidades históricas
El voto nacionalista y regionalista (a menudo es difusa la frontera entre ambos) está muy extendido a nivel autonómico. No así en las elecciones generales, en las últimas el voto a estos partidos supuso el 11,5% de todo el país.
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