
Es el lugar más sagrado del mundo para los católicos, el epicentro de su religión ya que la tradición asegura que allí mismo está enterrado San Pedro, el principal de los doce apóstoles de Jesucristo y el primer obispo de Roma, es decir, el primer Papa. Eso convirtió a la colina vaticana en un centro de peregrinación desde los primeros siglos de nuestra era. En el año 319, cuando el cristianismo ya había salido de la clandestinidad tras el edicto de Milán, el emperador Constantino el Grande ordenó construir una basílica justo encima de la tumba de Pedro.
Esta primera basílica de San Pedro se mantuvo en pie durante más de mil años, hasta que a principios del siglo XVI el Papa Julio II decidió derribarla y levantar un soberbio templo de estilo renacentista. Esa es la que ha llegado hasta nosotros, la basílica y la espectacular columnata que la antecede que se levantaría algo más tarde, ya bien entrado el siglo XVII. Para concluirla hicieron falta 120 años, veinte pontificados y siete arquitectos diferentes.
Hoy la basílica de San Pedro se eleva con su cúpula hasta los 136 metros de altura, es uno de los edificios más conocidos del mundo y de los que más historia han visto pasar entre sus muros. Para muchos es el ombligo del mundo, para otros es simplemente una de las basílicas más bellas de toda la cristiandad y para todos uno de los centros neurálgicos de la civilización occidental. En La ContraHistoria de esta semana vamos conocer el largo y a veces agitado recorrido histórico de esta basílica que ejerce como corazón de la cristiandad católica pero que no es catedral de Roma ya que ese privilegio pertenece a una iglesia vecina, la de San Juan de Letrán.
En El ContraSello:
- El Gran Cisma de 1054
- Orígenes históricos del periodismo
- Historia de la aviación
Bibliografía
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